(Temporalmente abandonado)

26 de mayo de 2008

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“Cuanto voy a escribir […] no debe tener el carácter de una “obra” si por obra entiendo el planteamiento de un problema, su desarrollo y su solución.
No soluciono nada ni debo tratar de solucionar pues esto está impedido justamente por el carácter mismo de esto que voy a escribir. Cualquier intento en tal sentido sería un acto de voluntad, un acto premeditado, ya que toda solución se hallaría desde antes en mí y hacia ella se inclinaría –quisiéralo yo o no- la marcha de las personas que aquí figurarán. Yo ignoro toda solución por la imperiosa y muy simple razón de que ella, de encontrarse en algún sitio, no se encuentra en mí sino en otros y de presentarse algún día no se ha presentado aún puesto que estos otros siguen hoy, y seguirán mañana, viviendo y actuando.
Ya que se trata aquí de biografías o, mejor dicho, de diarios vivires, debo sólo anotar, esbozar, dejar únicamente enunciaciones de problemas, eso sí que con todos sus elementos: en su falta, con el mayor número de ellos.
[…]
Pero a esta explicación no la siento de mi incumbencia. Siento que ha de ser hallada por otras mentes y vista por otros ojos.
Me limito, pues, a mi deber: a estas mentes, a estos ojos proporcionarles cuantos elementos me sea posible. Quien luego se empeñe en explicar, que se encuentre satisfecho ante la cantidad y, ojalá, frente a la calidad de los materiales que he puesto a su disposición.
Quede, por lo tanto, bien establecido que yo no doy ni podría dar clave alguna, que sólo formulo problemas, que sólo pregunto frente a los hechos que he presenciado. Y no hay más.”
Juan Emar, Umbral (1941)

 

1 comentario:

tan versátil como acústica dijo...

las soluciones van cayendo de maduras. quedo a la espera, pues.